La Falta de Empatía por los Adultos Mayores en Condiciones de Vulnerabilidad
En el ocaso de sus vidas, los adultos mayores enfrentan la indiferencia de una sociedad que valora más la juventud que la sabiduría adquirida con los años. Mientras las campañas se enfocan en niños y jóvenes, un esfuerzo sin duda indispensable, existe una brecha preocupante en el trato hacia quienes, por su edad, ya no son vistos como “útiles” o “prioritarios, los mayores, especialmente aquellos en situación de vulnerabilidad, son olvidados.
En FADESAFAM conocemos la historia del señor David. A pesar de tener hijos, vive solo, luchando contra la ceguera que limita su movilidad y le impide salir de casa. En agosto de 2023 sufrió la amputación de un dedo del pie debido a la falta de higiene, problemas de salud y cuidados básicos y su estado de salud empeora. Su hogar, construido con guadua, está al borde del colapso. Cada arruga en su rostro cuenta una historia de lucha, pero nadie parece detenerse a escucharla.
El Valor de una Vida en el Ocaso
Es doloroso ver cómo, para muchos, la vida de los adultos mayores ha perdido valor. Aquellos que enfrentan pobreza, enfermedades o abandono se vuelven invisibles en una sociedad que avanza sin mirar atrás. Sin embargo, cada uno tiene algo valioso que enseñarnos. En FADESAFAM hemos aprendido que detrás de cada mirada hay una sabiduría profunda que solo los años pueden ofrecer.
Tomemos el caso de los señores Laurentino y Delio, dos hermanos de 84 y 86 años. A pesar de vivir en pobreza extrema, cultivan café y lo comparten generosamente con sus vecinos. Su sueño es tener su propio emprendimiento para seguir contribuyendo a su comunidad. Su historia demuestra que la esperanza no se apaga con los años y que, a pesar de no poseer bienes materiales, su fe inquebrantable en Dios les da fuerzas para seguir adelante.
Rompiendo Paradigmas: Empatía Sin Condiciones
Es urgente que rompamos el paradigma de priorizar la empatía según la edad. No se trata de dar menos a niños y jóvenes, sino de sumar esfuerzos para incluir a los adultos mayores en nuestro círculo de atención y cuidado. Pensemos en esto: ¿cuándo fue la última vez que escuchamos la historia de un abuelo o que extendimos la mano para suplir sus necesidades básicas? Un acto tan simple puede devolver esperanza y reafirmarles que no están solos. En FADESAFAM creemos firmemente que nadie debería ser olvidado. Nuestra misión no es solo alimentar cuerpos, sino también almas. Cada plato de comida, cada palabra de consuelo y cada abrazo es un recordatorio de que son valiosos, de que sus vidas merecen ser celebradas y protegidas.
Un Llamado a la Acción
Hacemos un llamado a reflexionar sobre cómo tratamos a los adultos mayores. Aunque no podamos cambiar todo el sistema, sí podemos comenzar con pequeños gestos de amor y compasión. Piensa en el señor David, Laurentino y Delio: podrían ser nuestros abuelos, padres o vecinos. ¿Qué gesto podrías ofrecerles hoy? Un saludo, una visita, un poco de tu tiempo. La empatía no requiere grandes recursos, solo un corazón dispuesto. Recordemos que algún día seremos nosotros quienes ocupemos ese lugar. Si sembramos compasión hoy, mañana cosecharemos una sociedad más humana. Los adultos mayores no necesitan lástima, sino empatía y acción. No los olvidemos.

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